Si vota por el radicalismo, en realidad lo hace por el peronismo y viceversa. Si se quiere elegir a un radical "puro", hay que sufragar por otro partido, no por la UCR. Y si se opta por un peronista de la línea tradicional, se vota también contra otro peronista. No es chiste. Es real y sucede en Catamarca, la provincia que abrirá mañana el calendario electoral con los comicios en los que se elegirá gobernador y en la que se evidencia con hechos concretos la crisis que atraviesan los partidos políticos en la Argentina. (Encabezado de la crónica publicada por LA GACETA el 10 de marzo de 2007, el día previo a las elecciones de gobernador en Catamarca).

En el bar del primer piso del coqueto hotel céntrico de la capital de Catamarca, los entonces gobernadores K Julio Cobos, Gerardo Zamora y Miguel Saiz compartían una mesa, alejados de la que ocupaba Gerardo Morales (líder de la UCR en ese entonces) y cerca de la elegida por dirigentes kirchneristas que habían llegado al Valle de la Virgen para apoyar la candidatura de Eduardo Brizuela del Moral. Hace exactamente cuatro años, Cobos se jugaba las chances de ser el candidato a vicepresidente de Néstor Kirchner con la postulación del catamarqueño. Debía tributar votos al Presidente ante la amenaza de un PJ tradicional que comenzaba a evidenciar molestia con el neoperonismo kirchnerista. Cuestiones extrañas de la política ubican ahora a Cobos en la misma provincia, con igual candidato, pero ahora su prueba de fuego es quedar mejor -o peor- parado para ser el candidato de la UCR y contrincante principal del kirchnerismo.